miércoles, 25 de enero de 2012

VOLVER A EMPEZAR. O NO.

Hola.
   Hace mucho que no escribía nada, y unos acontecimientos recientes que le han sucedido a alguien muy allegado a mí me han hecho acordarme de gente que lo deja todo y empieza de cero.
   El caso es que, en mi viaje a Roma por estudios que hice en noviembre, conocí muchas personas y, algunas muy interesantes. Estas personas, por diferentes motivos lo han dejado todo y han empezado una nueva vida, y no sólo, sino que además en un país diferente el suyo propio.
   La verdad es que muchas veces he pensado si eso es posible porque nunca había conocido a nadie que haya dejado todo absolutamente para irse a un país donde no conocen a nadie y donde, para más inri, no tienen ni siquiera familia.
  Pues sí, eso existe y yo he sido testigo.
   Una persona en concreto me llamó mucho la atención porque, joder, siendo australiana y teniendo allí una vida y trabajos muy buenos, lo dejó todo para trasladarse a vivir a Roma, huyendo un poco de su vida anterior y además aprender el idioma. El caso es que esta persona no encajaba con la gente de la que estaba rodeada, y sin más decidió que ella era la que tenía el problema y por eso se fue.
   No es el motivo sino el objetivo lo que me deja flipado. Osea que no te entiendes con los demás y te largas a miles de kilómetros, y además a un país de lengua totalmente diversa a la tuya. Cualquiera diría que la gente que hace eso está loca, o casi, pero joder, par mí son ídolos. Mandar a la mierda todo y todos, y con un par de cojones te plantas en una nueva ciudad, así, de la noche a la mañana y sin darle más vueltas.
   Hombre, supongo que un par de vueltas le daría al tema, pero vamos, no muchas supongo yo, porque si no creo que no lo hubiera hecho.
   Yo siento envidia de esta gente, sí, francamente me gustaría muchas veces pirarme a tomar por culo por ahí y comenzar de nuevo. Enmendando los errores del pasado y no caer en la misma piedra. Pero todos no somos iguales, o será que quizá nos atamos más de la cuenta a las personas y a las cosas que nos rodean, impidiendo así dar rienda suelta a nuestro instinto, no de supervivencia pero sí de inquietud por cosas nuevas.
   Recuerdo otra chica que siendo japonesa con una trabajo que le satisfacía allí en Japón, tomó la decisión de vivir una temporada en Roma para aprender el idioma y cultura italianos. Además es periodista freelance y no necesariamente debía estar en Tokyo para desarrollar su trabajo.
   Yo la verdad es que no sé si sería capaz, aunque me gustaría, vaya si me gustaría irme una temporada, lejos, muy lejos y curarme la mente de tantas y tantas obligaciones y cosas raras que uno va atrayendo día a día; joder pero por otro lado pienso que es injusto también, por parte de uno, irse y dejar todo y todos aquí, y ale a vivir la vida. Por eso digo que me da envidia quien sí es capaz de hacerlo, y sobre todo aquellos que no dejan nadie atrás que llore su partida en el aeropuerto. No me imagino a mí mismo yéndome para no sé cuánto tiempo y mi mujer e hijo despidiéndose como si nada. No, supongo que si me fuera para un tiempo la cosa sería algo más dramática que unos cuantos abrazos y besos, y un ''buen vuelo''.  
   Pero yo me planteo. ¿De verdad puedes irte y no sentir la añoranza de lo que has dejado atrás? ¿Tan mal puede tratarte la vida y los que te rodean como para irte así? Yo supongo que sí pero........................¿Y si donde vas no cumple tus expectativas? ¿Huyes de nuevo? ¿Vuelves atrás? No sé, todo es muy complicado pero, ¡Coño qué bonito sería irse un tiempo y olvidarse un poco de la rutina! ¿O no?

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